La jornada de entrenamiento fue vedada al público y se presentó el máximo de karts que admitía el protocolo sanitario.
Fotos: Alcides Zapico
Tras casi cuatro meses cerrado, el autódromo de El Pinar recuperó su esencia: la velocidad. Un total de 60 karts de varias categorías volvieron a pista para cumplir una jornada de entrenamientos.
Todo se desarrolló con normalidad, con algo de llovizna y un respeto del casi el 100% a las normas establecidas en el protocolo sanitario.