El Mustang GTD es «el Mustang homologado para carretera más rápido de todos los tiempos» gracias, a un motor V8 de unos 800 caballos.
Las siglas GTD hacen referencia a la categoría de competición IMSA «GTD». Esta versión aún está en proceso de homologación para poder circular por la carreteras abiertas al tráfico. Ford dice que, si no se consiguiera, quedaría como un vehículo «de uso exclusivo en determinados circuitos». Lo que sí ha dado a conocer es la fecha de inicio de la producción, que será en primavera de 2025 y el precio, que es de nada menos que 430.000 dólares americanos.

Respecto a un Mustang convencional tiene muchos cambios en la carrocería, muchas diferencias mecánicas y un peso más contenido debido al uso masivo de materiales ligeros, principalmente la fibra de carbono.


El motor es uno de ocho cilindros en V, de 5,2 litros de cilindrada y con sobrealimentación que desarrolla 800 CV y gira un máximo de 7500 rpm. Es la primera vez que Ford usa un cárter seco en el Mustang, un sistema de lubricación habitual en coches deportivos. La transmisión es automática, de ocho relaciones y doble embrague que va colocada en el eje trasero, unida al motor por un eje de fibra de carbono.

El esquema de suspensión es muy diferente respecto a otros Mustang, especialmente en el eje trasero donde Ford ha implementado un sistema «pushrod» (muelles y amortiguadores van colocados casi en horizontal) montado sobre un subchasis tubular. Los frenos son de Brembo. Los discos están hechos de material carbocerámico y las pizas son fijas sin información de la cantidad de pistones. Las llantas de serie son de aluminio forjado y se pueden pedir en opción unas de magnesio, que es un material más ligero.


Casi toda la carrocería está hecha de fibra de carbono (las puertas son de aluminio) y, opcionalmente, hay un paquete aerodinámico compuesto por unos bajos carenados (también de fibra) y un sistema de aerodinámica activa que actúa sobre el flap delantero y el alerón trasero.
