El clima en Fafe, Portugal, no cedió. Continuaron las lluvias y las lloviznas y la ruta se volvió una verdadera trampa de barro. Mucho más para quienes como Andrés Marieyhara/Ariday Bonilla largaron más allá del lugar 60.
Estos equipos no solo se encontraron con el barro sino con un camino ya intransitable al punto tal que se anularon tramos por el estado de los mismos.
“El sabor es amargo… tengo un nudo en la garganta…”, fueron las primeras expresiones de Andrés Marieyhara tras el abandono. “No se podía andar. El camino estaba imposible. Veníamos más que despacio, horrible de lo despacio que veníamos y de todas formas en una bajada grande, por más que lo frenaba, el Peugeot siguió patinando en el barro y nos fuimos afuera. Quedamos recostados contra un árbol pero sin nadie cerca para poder intentar volver al camino”, continuó explicando. “Voy a tener que trabajar mucho en mi cabeza para sacarme este mal momento de encima y pensar en la competencia que viene. Terminar así apenas empezó la carrera es algo que no me esperaba”, concluyó el piloto compatriota.
Tras la SS 1 del vienes en plena ciudad de Fafe, Marieyhara/Bonilla se colocaban séptimos preservando todo para los 8 tramos de la carrera del día siguiente. Pero las ilusiones se las llevó el barro… El estreno en la Peugeot Rally Cup Ibérica no fue ni por asomo, lo esperado.