Incluso en plena pandemia Porsche mantiene una febril actividad.
Sin pausa acaba de desvelar los nuevos 911 Targa 4 y 4S, que se ponen a la venta el próximo mes de agosto. Irán precedidos en junio de una serie especial limitada, de la que por ahora no tenemos más información, pero que incluirá elementos que le den un aire aún más retro.
Siguiendo la tradición, esta carrocería es la última que llega al mercado cuando se produce la renovación del Porsche 911, el modelo más emblemático de la marca alemana, después del coupé y el cabriolet. La versión Targa recibe ese nombre por el peculiar y personal techo practicable que desde hace más de medio siglo preserva el estilo vintage de la primera generación, la de 1965.
Coche alemán muy italiano
Ese año, dos después del primer 911 coupé, Porsche lanzó una versión descapotable que tenía un ancho arco de seguridad para proteger a los ocupantes en caso de vuelco y un techo de lona desmontable. Ya en esa primera generación, los ingenieros consiguieron evitar las turbulencias interiores. Así nadie se despeinaba.
Pese a ser un coche muy alemán, el nombre Targa es italiano. Este modelo lo toma de la mítica competición ‘Targa Florio’ (o Giro di Sicilia) que se empezó a correr en los montes de Palermo en 1906 y donde Porsche consiguió grandes éxitos. En italiano ‘targa’ significa también ‘placa, matrícula o escudo’. El primer Porsche 911 Targa estuvo 15 años en producción hasta que en 1988 apareció la nueva generación. Las unidades de estos años están muy valoradas por los amantes de los clásicos.
Hay que esperar hasta 1996 para que el techo sea de cristal y con un sistema eléctrico de apertura. Estrenaba así una tendencia que se ha generalizado en todas las marcas hasta ahora.
Aunque los avances tecnológicos y de diseño habrían permitido en los años siguientes eliminar el arco de seguridad, Porsche ha mantenido esta versión de carrocería, que refuerza el estilo clásico y universal del 911, pero sin prescindir de las innovaciones. El 911 Targa de 2020 mantiene la ancha barra antivuelco con un cristal envolvente en la parte trasera y otro delante, sobre los dos asientos delanteros pero la apertura y cierre del techo se hace ahora de forma totalmente eléctrica en sólo 19 segundos.
Más potente que su antecesor
El Porsche 911 Targa 4 lleva un motor bóxer de tres litros biturbo perfecto para cualquier necesidad, circular en ciudad, carreteras de montaña o desarrollar sus máximas prestaciones en pistas rápidas. El del Targa 4 desarrolla una potencia máxima de 385 caballos (15 más que su antecesor) con un par máximo de 450 Nm entre 1.950 y 5.000 rpm. Alcanza una velocidad máxima de 289 km/h. Con el opcional equipamiento Sport Chrono acelera de 0 a 100 km/h en sólo 4,2 segundos, mejorando en una décima respecto a la generación anterior. El propulsor del Targa 911 4S tiene una potencia ampliada en 30 caballos que llega hasta los 450, con un par de 530 NM entre 2.300 y 5.000 rpm. Alcanza una velocidad máxima de 304 km/h y acelera hasta los 100km/h en 3,6 segundos.
El cambio es automático de doble embrague con ocho velocidades y la tracción integral, que se ha beneficiado de mejoras en el eje delantero consiguiendo una mejor tracción en cualquier condición de firme, asegura Prosche. La versión 4S puede equipar opcionalmente un cambio manual de siete marchas. Entre los nuevos elementos de equipamiento incluye un sistema que eleva la altura libre al suelo del frontal, pero también se puede personalizar.
Esta generación se diferencia en su diseño exterior por unos pasos de rueda delanteros más pronunciados y un rebaje entre los faros led y el capó. En la trasera lleva un alerón más ancho y una tira de luces entre los pilotos. El interior es similar al resto de los 911 carrera. Todos los elementos de la carrocería están fabricados en aluminio, salvo la pieza del frontal y la trasera.
(CocheGlobal)