Prueba de manejo: La Mazda CX-5 se luce con su exclusiva tecnología Skyactiv

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A la inversa de otras marcas, los ingenieros de la marca japonesa van por el camino de optimizar al 100% (o más) la dinámica de la conducción y el ahorro de combustible. Lo lograron. La Mazda CX-5 es exuberante en ese sentido.

Por Mario Rosa (Tester Motortop)

Skyactiv es una marca registrada para una serie de tecnologías desarrolladas por la empresa japonesa Mazda, la cual comprende una reingeniería del vehículo en motor, transmisión, carrocería, frenos, dirección y suspensión. Esto está pensado para lograr un aprovechamiento de la energía más eficiente, logrando una disminución del consumo de combustible. Justamente, el primer modelo con tecnología Skyactiv es el Mazda CX-5, que se presentó en público en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 2011 como “Proyecto” y que se lanzó al mercado a mediados de 2012.

Desde ese entonces hasta nuestros días, el modelo sigue haciendo alarde de su tecnología aunado al simple pero más que atractivo diseño exterior.

Lejos de ir por el camino de la electrificación, Mazda optó por un rumbo más que interesante: aplicar cada vez con mayor énfasis el Skyactiv para sus motores, transmisiones y carrocería.

Al volante de la CX-5

Me parecía de rigor explicar antes esa tecnología propia, exclusiva, de Mazda porque va de la mano con la experiencia de manejo.

Primero que nada, decirles que es un vehículo 300% familiar apto para todo tipo de uso que se le quiera dar.

El habitáculo/cabina es espacioso, fino, cuenta con un sistema de audio Bosé que te envuelve en cada centímetro cuadrado y el techo solar profundiza más esa sensación de amplitud. Diría…cabina soñada para viajar en familia.

Por otra parte, han trabajado mucho en aislar la cabina del espacio exterior. Y efectivamente, uno queda aislado. Brillante.

Imponente: el ahorro de combustible

Les detallé la propuesta de los ingenieros de Mazda al desarrollar el sistema Skyactiv que se puso de manifiesto en la CX-5. El motor tiene mucha potencia, un notable torque –fantástica recuperación a baja velocidad- y una caja automática/secuencial con levas al volante tan suave como los refinados acabados del interior del auto. ¿Qué sucede con todo esto? Lo que los ingenieros de Mazda buscan afanosamente: un consumo de combustible inédito, formidable. Y reitero, sin sacrificar un ápice la potencia y el torque.

Resumen

Una experiencia de conducción auténtica. Preciso, intuitivo, transmite siempre seguridad, confianza.

Una vez más, Mazda nos demuestra que es posible construir autos muy eficientes, que la belleza está en la sencillez y por sobre todas las cosas, un auto que se adapte a ti y no a la inversa.

Solo un detalle: me hubiese gustada una pantalla central de mayor dimensión. De puro caprichoso nomás…

Algunos tips

  • Tecnología i-ACTIVSENSE de serie con un paquete muy completo de ayudas a la conducción.
  • La versión que probamos es la de 160 HP
  • De 0 a 100 en 10,5 segundos
  • 190 de velocidad máxima
  • Consumo mixto (urbano/ruta) de 6,5 litros cada 100 kms
  • Sistema HUD con proyección en parabrisas de información
  • Dos modos de conducción. El Sport le da un «punch» extra a las sensaciones. Digamos que la CX-5 se pone “aguerrida”.

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