A los atributos del modelo que han conquistado al mundo, añade a la gama disponible en Uruguay una versión híbrida enchufable (PHEV) que potencia aun más sus calificados rasgos
El BMW X3 PHEV es la versión híbrida enchufable del exitoso modelo X3. En términos generales, se trata de un SUV de tamaño medio/grande gracias a sus 4,70 metros de longitud.
Nacido en el año 2003, el BMW X3 no ha dejado nunca de ser una referencia en su segmento pese a tener enfrente competidores de fuste.

Seguramente el éxito que va camino a dos décadas se fundamenta en una revolución y evolución constante en cada siguiente actualización pero sin perder aquel característico ADN de sus orígenes basado en robustez, calidad y por sobre todas las cosas, un confort de marcha sin igual.
Probamos la versión híbrida
Teníamos la expectativa de comprobar si la versión híbrida modificaba en algo ese ADN tan característico del X3.
A priori, a simple vista, nada cambia. Su anchura extremadamente enfatizada y los elementos típicos de X otorgan al frontal del BMW X3 un aspecto muy distintivo y eso no cambia en absoluto. Aspecto robusto; potente personalidad, incambiados.
Ya en el habitáculo, no es necesario mirar en detalle. El X3 PHEV no pierde un ápice dos características que lo han llevado a ser líder en su segmento: espacio, calidad, confort y equipamiento. En su interior hay espacio para que una familia de cuatro o cinco personas viaje a gusto. En las plazas traseras hay más espacio para las piernas que en la mayoría de sus rivales. Pero más allá de las medidas, el habitáculo del X3 es agradable porque resulta luminoso y es fácil entrar y salir de él; la ergometría de sus asientos, la fina calidad de los materiales y el acabado general hacen de su interior, un infinito placer.


Entonces, ¿dónde está el cambio?
Buena pregunta. El cambio está debajo del capó. La acción combinada del motor naftero y el motor eléctrico otorgan una potencia de 292 HP pero con un consumo infinitamente inferior a la X3 naftera. Combina todo con una caja de cambios automática de 8 velocidades que optimiza la potencia pero son suavidad y que si uno lo desea -fue mi caso- la puede aprovechar con levas en el volante.
Hay potencia a gusto del consumidor con tres modos de conducción y una autonomía en modo 100% eléctrico de 50 a 55 kilómetros dependiendo como se le use.


Me gustó; disfruté, al conducirlo, viendo como uno va recargando la batería en base a una conducción inteligente.
Pero hay algo más que a mi maravilló y estoy convencido de que es difícil encontrar un competidor que pueda derrotar a éste X3 PHEV: el formidable confort de marcha. Si ya lo era en las versiones convencionales a nafta -sonidos imperceptibles en la cabina- ahora todo eso se convierte en un mundo propio, en un ambiente libre de sonidos. Circular en modo eléctrico y no sentir sonido alguno proveniente de su marcha, es un placer indescriptible. Esa cabina aislada de un mundo especialmente bullicioso como lo es el tránsito montevideano, produce un placer interminable. Diría -por lo menos lo fue en mi caso- que terminar una jornada laboral siempre estresante y luego conducir el X3 PHEV, es un bálsamo, es hasta sicológicamente positivo; ayuda y mucho a cambiar el semblante, el ánimo.
La rodadura en versión eléctrica es tan silenciosa como el caminar de una hormiga porque está todo acompasado por unos neumáticos Yokohama modelo Advan Sport 245/50/R19 105W.
Los ingenieros la tuvieron clara. No tiraron por la borda semejante robustez e insonorización de la cabina y calzaron al X3 PHEV con un neumático bien ajustado a esa necesidad.
Por último, decir que pasa de un modo de conducción a otro sin notarse o que pasa de nafta a eléctrico.



Conclusión final
Lo primero es reconocer que estamos ante un BMW X3 “hecho y derecho” en versión híbrida. Es decir, nada cambia respecto a sus exitosos hermanos con motor a combustión interna. Nada.
Sin embargo y para sacarle todo el jugo a su versión híbrida, todo depende de la autonomía. Si estamos hablando de un recorrido diario de alrededor de 50 kilómetros, es el vehículo familiar perfecto en su segmento porque se podrá hacer esa distancia en modo 100% eléctrico y recargar batería en la noche en casa con una demanda de 6 horas.
Si el recorrido diario supera largamente esos 50 kilómetros, no es que pierda sentido, pero no explotaremos al máximo esa condición híbrida por más que siempre estará a favor un mejor consumo al combinar ambos motores.
Conclusión: El BMW X3 PHEV se diferencia por su calidad de rodadura y la solidez que transmite el habitáculo. Si estás buscando un SUV híbrido enchufable lujoso para la familia y no necesitas mucha autonomía eléctrica, el X3 PHEV nos parece una opción muy interesante.